Agencia es un término filosófico que hace referencia a la capacidad personal de actuar en una situación determinada. Cuando se habla de la responsabilidad personal, es importante tener en cuenta la agencia de la que dispone una persona. Si hay un fallo eléctrico en tu casa y estás solo, es posible que no puedas hacer nada. Si eres un electricista formado, puede que haya muchas cosas que puedas hacer para solucionar el problema. Sin embargo, tener conocimientos sobre electricidad puede no ser suficiente si las herramientas no se encuentran a tu disposición. Por tanto, la agencia depende tanto de tener los conocimientos y las competencias para actuar como de tener los medios y las oportunidades para actuar.
Los centros educativos queremos desarrollar responsabilidad en nuestros estudiantes, queremos que sean capaces de tomar buenas decisiones sobre su trabajo y sus aprendizajes. Por eso, los docentes y la dirección debemos crear condiciones para que esto sea posible. Sin embargo, a menudo estas intenciones no se traducen en ofrecer conocimientos y oportunidades para hacerlo en nuestro alumnado, sino que desarrollamos una cultura centrada en la autoridad del docente y en la obediencia.
A pesar de nuestras buenas intenciones, deberíamos preguntarnos: ¿Cómo aprenderán a tomar decisiones importantes, si nunca deciden nada sobre algo importante? ¿Cómo aprenderán a hacerse responsables de su aprendizaje, si nunca son responsables de qué, cómo y cuándo aprenden? ¿Cómo serán conscientes de su aprendizaje si jamás deben mostrarlo a una audiencia pública? ¿Cómo desarrollarán esfuerzo con sentido, si rara vez se enfrentan a problemas y situaciones reales y no escolares?
La responsabilidad sobre el aprendizaje del alumnado también se forma desarrollando su capacidad de agencia. Es decir, la capacidad de actuar en un entorno determinado, tener control directo sobre su comportamiento, pensamientos, sentimientos y acciones. Saber y poder, juntos.
Comentarios por Boris Mir